Gestión de estrategia

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El concepto de Gestión de estrategias tiene su origen en una teoría económica de la década de 1950 que se basa en enfoques industriales y organizacionales. Peter Drucker, que se considera el padre de la teoría de la gestión moderna, creía que la definición de objetivos y el seguimiento del crecimiento de la empresa debían extenderse a toda la organización, de la cima a la raíz.

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Desde que empezó a desarrollarse, la gestión de estrategias ha tenido muchas definiciones distintas y ha sido el tema central de muchos libros y estudios.

Podríamos describir la gestión de estrategias como la planificación, el seguimiento y la evaluación constantes de todos los elementos indispensables para que una organización cumpla sus objetivos.

Todas las definiciones evocan la importancia de tomar decisiones y actuar en consecuencia para asegurarse de que los objetivos de la organización se cumplen.

Cuando se trata de gestión de estrategias, el tamaño de las organizaciones es irrelevante. De hecho, hasta las empresas más pequeñas necesitan saber lo eficaces que son en su contexto industrial y tomar las medidas más adecuadas para lograr el resultado que buscan en el futuro.

Un negocio sin metas y objetivos a largo plazo tendrá problemas para marcar la dirección de la empresa, concentrar sus esfuerzos y obtener una ventaja competitiva. Sin embargo, gracias a la gestión estratégica, las organizaciones no solo sobrevivirán, sino que prosperarán.

En consecuencia, la gestión de estrategias tiene un doble objetivo:

  • Obtener una ventaja competitiva para conseguir mejores resultados que la competencia y dominar el mercado.

  • Guiar a la organización para que sobreviva a los cambios del entorno comercial.

La gestión de estrategias tiene una importancia capital, ya que:

  • Guía a la empresa en una determinada dirección. Define las metas de la organización y fija objetivos realistas, que se alinean con su visión.

  • Contribuye a que la empresa se vuelva proactiva (y no reactiva), permitiéndole analizar las acciones de sus rivales y dar los pasos necesarios para competir en el mercado, en lugar de limitarse a ser simples espectadores.

  • Actúa como base para todas las decisiones clave de la empresa.

  • Prepara a la organización para los desafíos futuros y para que lidere la exploración de nuevas oportunidades. Además, le ayuda a identificar las maneras de alcanzar dichas oportunidades.

  • Asegura la supervivencia a largo plazo de la firma mientras lidia con la competencia y sobrevive en un entorno dinámico.

  • Contribuye al desarrollo de competencias clave y la obtención de una ventaja competitiva, que ayudarán a la supervivencia y el crecimiento del negocio.

  • Permite que los empleados se encuentren en torno a una visión común y al deseo de alcanzar objetivos colectivos, que todos comparten y entienden.

Las organizaciones podrían seguir paso a paso el proceso que mostramos a continuación para lograr sus objetivos estratégicos:

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En este apartado aprenderá a manejar la estrategia de su empresa y a asegurarse de que los productos y los resultados de sus proyectos derivan en beneficios.

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